~Capitulo VIII

George dejo la habitacion, asi lo hicieron Vera, Pete, George y Stuart. Cuando pensaste que podrias dormir por fin, Vera volvio a entrar.

Vera: ey...
Tu: Veri, te amo, pero tengo mucho sueño...
Vera: lo se, pero Paul acaba de llegar.
Tu: ¿y?
Vera: nada, no importa. Supongo que querra verte.
Tu: lo dudo, ni que me interesara verlo tampoco.
Vera: no seas tan dura, (tn).
Tu: por favor, Veri, quiero dormir.
Vera: esta bien, descansa amiga.

Creiste que al fin estabas sola, pero alguien entro de nuevo...

Tu: ¡asshh! ¡¿queeeee?!
Paul: oh vamos, me estoy interesando por ti.
Tu: entonces deberia interesarte que tengo sueño y quiero dormir en paz.
Paul: ¿como estas?
Tu: ¡CANSADA!
Paul: no, lo siento, no puedo, ¡eres tan irritante!, no puedo tener el mas minimo interes por ti, que tu ya lo arruinas con tu caracter.
Tu: ¿viniste a agredirme? porque si es asi, ya vete y dejame sola.
Paul: creeme, hay un millon de cosas que preferiria estar haciendo que discutir contigo -acercandose a ti (a tu cama, donde estabas sentada)
Tu: ¡ohhh, dejame adivinar: ¿quieres afinar tu tonto bajo y tocar esas tontas canciones de amor que escribes?! ¡preferiria discutir conmigo!
Paul: ¡para ti son tontas canciones de amor, porque eres incapaz de rescatar un sentimiento! -se acercaba aun mas-
Tu: ¡lo dice el hipersensible! ¡¿porque no te compras un bosque y te pierdes, Mccartney?!
Paul: -casi rozaban sus narices- ¡con gusto! ¡asi estaria lejos de ti!

Casi podian respirar el mismo aire, nunca habias tenido un contacto visual tan fuerte con nadie, habia algo que te turbaba, podias escuchar como si Paul respirara dificultosamente, pronto tu tambien. El se habia alejado de ti y tenia una mano sobre su pecho, tu, todavia sentada en la cama, tenias una expresion desesperada y desoncertada, nunca habias tenido problemas respiratorios.

Tu: ¿¡que pasa?!
Paul: nada, es asma, suelo tener ataques.
Tu: si pero yo no, nunca he tenido problemas respiratorios.
Paul: pues parece que ahora si.
Tu: ya vete.
Paul: bien.

Paul salio y te quedaste dormida ni bien el ataque se te paso, no entedias porque te pasaban estas cosas, primero lo de George, ahora esto. Al otro dia los chicos se iban a Hamburgo, y tu ya habias salido del hospital. Todos fueron a la estacion a despedirlos.

Mimi: adios mi querido Johnny Boy, ¡portate bien!
John: si Mimi, adios, te quiero, te llamare todos los dias te lo juro.
Tu: adios Georgie, te amo, cuidate mucho y no tomes drogas ¿ok?
George: te amo tambien hermanita y te lo prometo. -se abrazaron-
Ruth: ¡paulie te voy a extrañar!
Paul: ¡yo tambien Ruthie! Seras la primera en verme cuando vuelva. -se fue al baño antes de subir al tren-
Pete: papa...
Papa de Pete: hijo, cuidate mucho, te extrañaremos.
Ringo: yo tambien pa.
Tu: -al oido de Vera- voy al baño, ya vengo.

Entraste al baño de mujeres, que estaba mucho mejor de lo que esperabas en un baño de una estacion de tren. Este estaba en frente del de hombres. Habia varias mujeres ahi, con su maquillaje y valijas, corriendo por todos lados. Tu no tenias que tomar un tren, asi que te tomaste tu tiempo. Eventualmente las mujeres se fueron y quedaste sola. Te miraste al espejo, estabas bastante presentable, tenias una campera (chaqueta) de cuero, una remera suelta de seda floreada abajo, y unos jeans negros. Te arreglaste un poco y saliste. En la puerta te encontraste a Paul, ambos se miraron, muy fijamente, como si se estuvieran diciendo todo. Casi se habian chocado y estaban a muy poca distancia. Sentias tu corazon latir muy fuerte y por un momento creiste oir el de el. No sabias que pasaba, te repetias a ti misma "Lo odias (tn), lo odias". La cuarta vez que te lo ibas a decir, no lo terminaste, porque lo estabas besando, y no era un beso comun, eran besos apasionados, que pedian mas. Sentiste la mano la de Paul tomar con fuerza tu cabeza, presionando tus labios contra los de el. Se estaban moviendo, te diste cuenta porque chocaste con una pared, pero no veias nada, solo lo besabas, sabias que te arrepentirias pero solo seguiste. Entraron a uno de los baños, no sabias cual, pero no habia nadie. Ninguno de los dos se habia separado del cuello y los labios del otro. Te habia sentado sobre los lavabos y tu rompa empezaba a caer. El placer se mezclaba con arrepentimiento y la voz de los parlantes termino lo que podria haber sido un grave error. "Atencion pasajeros: el tren con destino a Hamburgo saldra en 5 minutos, se ruega abordar ahora".